lunes, 7 de febrero de 2011

Baños: descanso, aventura y diversión

Hay lugares para enamorarse, yo encontré uno de esos en Ecuador. Baños es una de las cosas mas hermosas y emocionantes que he vivido. Una ciudad anclada en un valle a la orilla del río Pastaza, rodeada de hermosas mntañas llenas de vegetación. Es un pueblo chico y encantador, donde también hay gente de muchos paises las cuales no modifican el paisaje de mal modo. Podrás encontrar mucho para hacer ahí y no es caro.
Por qué ame tanto este lugar? Dejenme contarles lo que viví.
Apenas llegamos con mi amigo Diego, al cual conocí en Guayaquil y es cordobés, fuimos a unas termas en la base de la montaña donde caía una cascada, muy relajante para llegar después de un largo viaje. Allí descomprimimos nuestras articulaciones y volvimos a la vida. Ahora estabamos listos para lo mejor. Inmediatamente buscamos un lugar  donde rentar bicicletas, no es difícil porque esta lleno de ellas y también rentan motos y gocarts. Todo el día de bicicleta por 5 dolares. Nos colgamos el casco y emprendimos el viaje de 61 km hasta Puyo en la entrada a a selva. A lo largo del paisaje hay paradas obligadas para ver las cascadas, es un descenso increible con paisajes de ensueño a lo largo del rio esquivando camiones a toda velocidad y bajo la lluvia. Es hermoso el sentimiento del viento en tu cara y estar al borde de ser atropellado por uno de los camiones, pero no importa es mejor acelerar que bajar el ritmo, además eso ayuda a sobrepasar el cansancio. Obiamente lo hicimos, la sensación de caer 25m  rumbo a unas rocas en el rio es interesante, no me causo miedo sino mas bien placer. Amo el recorrido de la adrenalina por mi cuerpo y la dopamina que viene después. No hay problema, es seguro ya que el señor que administra lo prueba todos los dias, aunque ese día cuando llegamos era muy temprano y tuvimos que esperar que lo terminara de armar asi que fui yo quien lo probó.En fin, todo fue interesante aunque fuera extenuante el llegar hasta Puyo y no encontrar un puto lugar donde comer. Al regresar tomamos un bus que nos dejó cargar las bicicletas.
Al otro día observamos  que mas podiammos hacer, por supuesto que había muchas cosas. Esta optamos por caminar en vez de andar en bici. Queríamos llegar a Casa del Árbol, el punto mas alto y el mejor mirador para ver el volcán Tungurahua a 2660 metros. El camino era interesante, con senderos marcadados un poco embarrados y llenos de vegetación un tanto estrechos, a veces puede ser confuso pero hay letreros de señalización. Después de andar un rato largo llegamos al lugar pero estaba cerrado y no había nadie, asi que tubimos que pasar por debajo de un alambrado. Por desgracia estaba nublado y no se veía nada, decidimos esperar hasta que se fuera la niebla. Nos culumpiamos en una hamaca que daba justo al vacío y tenía una vista hermosa. Al momento de entrar a la casa descurimos que un alambre nos obstruía a puerta. Diego intentó romperlo para poder pasar, yo opte por treparme y entrar por la ventana jajaja. Luego Diego logró entrar por la puerta. Se suponía que en ese lugar se encuentra un vigía; pero nosotros nunca lo vimos. Incluso cuando una familia llego para ver la casa pensaron que eramos los administradores y nos dieron un dólar jajaja. Era un buen lugar para estar, teniamos luz y llevabamos una netbook asi que escuchamos música.
Al volver nos encontramos con un pastor que nos invitó a tomar té de cedrón en su casa y comimos unas cosas que nos convido con mucho té. Después de hablar mucho  tiempo de lo buena que es la gente de a sierra y nos dispusimos  a irnos nos pidió unos dólares, se cayó mi imagen del amabilidad.
Luego regresamos corriendo cuesta abajo a la ciudad y nos fuimos a Quito, no si antes comprar melcocha, el dulce local extrañamente adictivo.

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